Ateo y creyente
Encontré esta inscripción en Cuenca, cerca de la catedral. Es una conocida frase que
pronunció el gran cineasta Luis Buñuel, ex alumno de los jesuitas, tan obsesionado
con la religión que el tema reaparece continuamente en sus películas. La frase es
profunda y tiene muchas lecturas. "Gracias a Dios soy ateo", porque lo que nos han
vendido como "Dios" no es muchas veces más que un monigote: un ser que, después de
una vida difícil nos asusta con castigos; un personaje que parece estar de parte de
los poderosos o de los que aplastan nuestras conciencias. En su nombre se ha quemado
a gente, declarado guerras, negado el pensamiento, hasta el amor y la vida. Entonces
se explica que para algunos ese ateísmo sea igual a libertad. Pero, al decir "gracias
a Dios", se admite a la vez su existencia, la del verdadero Dios, mas grande que toda
categoría humana, el Dios del amor que llevó al Hijo a la cruz por defender que no somos
esclavos de nadie, sino libres hijos suyos.