Azul en el azul



 

Está quieta la barca azul en medio del azul del mar. Y al contemplarla, por un momento no llegas a saber con certeza dónde acaba ella y dónde comienza el mar. Contemplas en el océano y en la barca un trasunto de tu vida. A veces zarandeada por marejadillas y tempestades. En otras ocasiones, como esta, serenamente acunada por leves olas y la brisa acariciadora de la tarde, que parece mimarla como a una niña chica. La barca sin mar no es nada, sino leño muerto. En el mar está su ser y su vida. Pobre barquichuela mía, recupera tu identidad azul, piérdete en tu mar, redescubre que sólo serás plenamente en el seno de lo absoluto, cuando, aceptándote frágil y llena de horizonte, dejes de intentar bogar contracorriente, cuando comiences a ser azul en el azul.