Cuando Dios imagina a Dios
Cuando el hombre imagina a Dios, los sitúa entre nubes, rodeado de rayos y centellas,
abriendo abismos, separando mares y levantando con su poderoso dedo montañas y
continentes. Cuando el hombre piensa en Dios, lo hace tronar desde las alturas como
creador, legislador, juez castigador y todopoderoso dueño. Pero cuando Dios imagina
a Dios, comienza por romper todos los códigos de nuestras insignificantes vidas. Da
miedo a veces del Dios que se inventa el hombre. Sólo Dios pudo inventarse a un Dios así,
que ríe y llora entre las pajas, tembloroso y frágil; del tamaño de nuestro acurruque y
nuestro abrazo, colándose por amor entre los pliegues de la historia y el tiempo. Sólo
Dios pudo pergeñar una religión así, que de tan hermosa parece absurda, que de tan
grande parece pequeña, que de tan humana tiene el inconfundible sabor de lo divino.
Sólo Dios pudo inventarte a ti y tu entrañable Navidad, mi niño Jesús.