Otium cum dignitate



Este hermoso dintel gótico recuerda al viandante una actividad hoy olvidada: el ejercicio del ocio. Para los antiguos el ocio era tan importante o más que el trabajo. Lejos de identificarse con la vagancia y la pérdida del tiempo, constituía un espacio dedicado a la creatividad. “La felicidad está en el ocio”, sostenía Aristóteles. Los dos muchachos del bajorrelieve evocan la lectura y la música, como dos maneras de enriquecimiento del alma durante nuestro tiempo libre. Hoy --¡pobre alma!--, la alimentamos de fútbol, cotilleos decadentes y otras dormitadas  frente la enajenadora televisión. ¿Quién escucha el silencio, disfruta de la naturaleza o acude a las bibliotecas donde dormitan los viejos y sabios libros! Otium cun dignitate, decía Cicerón de aquellos que, retirados de la política, dedicaban su descanso al noble ejercicio de las letras.